Sólo en cuatro ocasiones de mi vida he tenido la oportunidad de viajar por avión. En cada despegue y aterrizaje me asomaba lo más que podía a la ventanilla para poder ver la Ciudad de México desde los aires. Es una vista hermosa y placentera (particularmente de noche con tantas luces amarillas entre tanta oscuridad), aunque parece que para los voladores frecuentes la vista no les genera otra cosa más que indiferencia. Una de las cosas que más me causa curiosidad de la vista aerea de la Ciudad de México es el Lago de Texcoco o mejor dicho, lo que queda del Lago de Texcoco. Irremediablemente me pongo a pensar en cómo lucía el Valle de México lleno de agua y con una ciudad plantada sobre ésta allá por 1519, antes de que la Gran Tenochtitlán fuera destruida por las manos de los españoles.
Desde niño me han fascinado las culturas antiguas (principalmente la egipcia). De las culturas de nuestro continente puedo destacar mi gusto por los mayas, los incas y en el top: los aztecas. Si pudiera viajar en el tiempo y escoger un sitio para visitar seguramente sería la Gran Tenochtitlán. Este viaje no sería como en la película Medianoche en París porque no aspiraría a quedarme a vivir en ese periodo histórico, pero no queda duda alguna de que me gustaría poder ver con mis propios ojos la ciudad de nuestros antepasados.
No recuerdo cuándo exactamente fue mi primer contacto con la imagen de arriba que muestra a la Gran Tenochtitlán en todo su esplendor. Lo que si recuerdo es que quedé maravillado a primera vista: una gran ciudad con imponentes pirámides construida en pleno lago, con canales, tierras de cultivo y calzadas que la comunicaban con tierra firme. Era una visión que se me antojaba extraída de una historia de ciencia ficción.
Desde ese entonces he sentido un interés infinito por Tenochtitlán y todo cuánto se relaciona con ella. Incluso hoy en día la moderna Tenochitlán, si así me permiten llamar a la Ciudad de México, me mantiene fascinado. Siempre he pensado que sólo a los españoles se les pudo haber ocurrido la barbarie de aniquilar nuestra cultura y destruir la Gran Tenochtitlan, secar el lago y construir una nueva sobre la otra. Investigando en esa maravilla denominada Google encontré un sitio que muestra la evolución que fue sufriendo la ciudad desde la llegada de los aztecas hasta nuestros tiempos modernos (el año 2006 todavía es "modernidad" ¿no?).
A todos en la primaria nos enseñaron que los mexicas salieron de Aztlán por encomendación de Huitzilopochtli. Su misión era encontrar el sitio ideal para construir una ciudad nueva. Un águila posada sobre un nopal devorando a una serpiente les indicaría el lugar en el que se debería edificar la ciudad. En el Lago de México existían algunas islas sobre las cuales inició la primera etapa de construcción de la ciudad durante el año 1325. En los años subsecuentes la ciudad comenzó a expandirse en el lago con ayuda de las islas naturales y, principalmente, de islas artificiales (como las chinampas) que los aztecas acondicionaron para sus cultivos (maiz principalmente) y edificaciones. Tenochtitlán creció hasta convertirse en una urbe de gran importancia, digna de ser el centro del Imperio Azteca, tanto que muchos historiadores indican que la ciudad era más grande que muchas ciudades europeas de la época (Constantinopla, París, Venecia).
Tras la llegada y conquista española la ciudad sufrió severas modificaciones. Los templos prehispánicos fueron destruidos y sobre estos se fueron forjando los cimientos de la Ciudad de México. Con el transcurrir de los siglos el crecimiento de la ciudad obligó a secar artificialmente el Lago de México para satisfacer la demanda de espacios habitables. En la actualidad a pesar de sus 1,485 kilómetros cuadrados de superficie la "ex" ciudad más grande del mundo sigue buscando constantemente dichos espacios.
Además de tener que agradecerle a los españoles de la época el masivo y permanente daño que le causaron a nuestra cultura, podemos darles las gracias por construir la Ciudad sobre un conjunto de lagos que eran alimentados por cuencas pluviales, suficiente motivo para que año tras año (y durante siglos) varias zonas de la capital se vean afectadas por severas inundaciones. Brillantes los tipos aquellos... ¡Y todavía hay más! ¿O a quién creen que le debamos agradecer el hundimiento anual de entre 10 y 35 centímetros de nuestra capital? Los vestigios de los antiguos y esplendorosos lagos son pocos, pudiendo destacar los Lagos de Chapultepec y el de Xochimilco con sus canales y chinampas.
Como quiera que sea, siempre tendré que conformare con admirar la Gran Tenochtitlán en imágenes, mapas y en murales como aquella excelsa obra de arte de Diego Rivera que "nomás" de mirarlo provoca una sensación imponente que te deja sin aliento y preso de los detalles y la grandiosa visión de la (que fue la) ciudad mesoamericana de mayor importancia. O bueno, quizá no del todo, ya que (supuestamente) se pretende hacer una réplica del centro sagrado de la Gran Tenochtitlán en el Estado de México (Huixquilucan) que sirva como centro cultural y de negocios. Ni hablar, yo me quedo con el mural de Rivera, que corresponde a la vista de la Gran Tenochtitlán desde el famoso tianguis de Tlatelolco. A continuación unas vistas del mural (click en las imágenes para ver en tamaño completo):
A todos en la primaria nos enseñaron que los mexicas salieron de Aztlán por encomendación de Huitzilopochtli. Su misión era encontrar el sitio ideal para construir una ciudad nueva. Un águila posada sobre un nopal devorando a una serpiente les indicaría el lugar en el que se debería edificar la ciudad. En el Lago de México existían algunas islas sobre las cuales inició la primera etapa de construcción de la ciudad durante el año 1325. En los años subsecuentes la ciudad comenzó a expandirse en el lago con ayuda de las islas naturales y, principalmente, de islas artificiales (como las chinampas) que los aztecas acondicionaron para sus cultivos (maiz principalmente) y edificaciones. Tenochtitlán creció hasta convertirse en una urbe de gran importancia, digna de ser el centro del Imperio Azteca, tanto que muchos historiadores indican que la ciudad era más grande que muchas ciudades europeas de la época (Constantinopla, París, Venecia).
Tras la llegada y conquista española la ciudad sufrió severas modificaciones. Los templos prehispánicos fueron destruidos y sobre estos se fueron forjando los cimientos de la Ciudad de México. Con el transcurrir de los siglos el crecimiento de la ciudad obligó a secar artificialmente el Lago de México para satisfacer la demanda de espacios habitables. En la actualidad a pesar de sus 1,485 kilómetros cuadrados de superficie la "ex" ciudad más grande del mundo sigue buscando constantemente dichos espacios.
Además de tener que agradecerle a los españoles de la época el masivo y permanente daño que le causaron a nuestra cultura, podemos darles las gracias por construir la Ciudad sobre un conjunto de lagos que eran alimentados por cuencas pluviales, suficiente motivo para que año tras año (y durante siglos) varias zonas de la capital se vean afectadas por severas inundaciones. Brillantes los tipos aquellos... ¡Y todavía hay más! ¿O a quién creen que le debamos agradecer el hundimiento anual de entre 10 y 35 centímetros de nuestra capital? Los vestigios de los antiguos y esplendorosos lagos son pocos, pudiendo destacar los Lagos de Chapultepec y el de Xochimilco con sus canales y chinampas.
Como quiera que sea, siempre tendré que conformare con admirar la Gran Tenochtitlán en imágenes, mapas y en murales como aquella excelsa obra de arte de Diego Rivera que "nomás" de mirarlo provoca una sensación imponente que te deja sin aliento y preso de los detalles y la grandiosa visión de la (que fue la) ciudad mesoamericana de mayor importancia. O bueno, quizá no del todo, ya que (supuestamente) se pretende hacer una réplica del centro sagrado de la Gran Tenochtitlán en el Estado de México (Huixquilucan) que sirva como centro cultural y de negocios. Ni hablar, yo me quedo con el mural de Rivera, que corresponde a la vista de la Gran Tenochtitlán desde el famoso tianguis de Tlatelolco. A continuación unas vistas del mural (click en las imágenes para ver en tamaño completo):
http://en.wikipedia.org/ |
http://www.jerryandmartha.com/ |
http://bakirita.blogs.com/ |
:O Yo también daría lo que fuera por ver eso. La Ciudad de México sigue siendo maravillosa, pero antes de que nos hicieran "favor de llegar a conquistar y evangelizar" sin duda no se compararía la visión. No sabía de la réplica esa wannabe que quieren hacer, digo estaría bien si se respetara la escencia de las pirámides y templos y juego de pelota que pretenden recrear, pero incluir una plaza comercial y 2 hoteles de la cadena Hilton... neta NO ME CHINGUEN!
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